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jueves, 29 de septiembre de 2011

Desde el Infierno. Batalla de Boqueron


Hoy se cumple una aniversario mas de victoria paraguaya en la batalla por la recuperación del fortín Boquerón librada entre el 9 y el 29 de setiembre de 1932. En desigual lucha ,los ejércitos contendientes no se dieron cuartel, hasta que la superioridad numérica y logística, por un lado, y el agotamiento de recursos y refuerzos, por el otro lado determinaron el resultado: El triunfo del Ejercito Guaraní de inmensurable valor moral es su esfuerzo por reafirmar su soberanía sobre el territorio disputado.

"Los oficiales Bolivianos que se batieron en Boquerón y que hoy son nuestros prisioneros provocan un sentimiento admirativo. Se comportaron con tal bravura y coraje, que merecen todo nuestro respeto"

Así se refirió el presidente Eusebio Ayala acerca del puñado de hombres que cayeron en poder de los paraguayos, luego de mas de veinte dias de sangrienta batalla para la recuperación del fortín Boquerón, capturado, a finales de julio de 1932, por tropas del Ejercito boliviano, en los momentos iniciales de un conflicto que durante los tres años siguientes ensangrento el chaco boreal.

Los Bolivianos Toma Boquerón
El drama empezó el 15 de junio de 1932, con la toma por parte de tropas bolivianas de la laguna Pitiantuta, a la que siguió la inmediata reacción paraguaya y retomo dicho punto, algunas semanas mas tarde. como represalia, el Gobierno boliviano ordeno la captura de los fortines paraguayos Corrales, Toledo y Boquerón .
El 31 de julio, los bolivianos tomaron Boquerón, aunque al precio de varias muertes, incluida la del comandante de las fuerzas de ocupación teniente coronel Emilio Aguirre, a quien sustituyo el Teniente Coronel Manuel Marzana.
La orden del Gobierno boliviano era terminante: no abandonar Boquerón, pero al situación de destacamento de Marzana no era nada cómoda. Prácticamente abandonada, sin posibilidades de refuerzos ni de apoyo, debía enfrentar la reacción Paraguaya
Reacción Paraguaya
Desde agosto el Ejercito paraguayo comenzó la concentración de sus fuerzas en Isla Po'i desde donde avanzo sobre Boquerón. Al amanecer del 9 de setiembre empezó el ataque.
" Espesa polvareda se levanta al frente- recuerda un protagonista- Se despeja.. Nadie podía señalar el tiempo transcurrido en este primer y fragoso choque... El R.C.2 `Coronel Toledo' ha sido desbaratado fulmineamente. Solo quedan caballos son jinetes caracoleando por el campo, sus relinchos parecen pedir angustiados
alto el fuego! El rechazo ha sido en seco.... Clamor de los heridos .... Mínima parte de los escuadrones huye a su punto de partida." La maniobra fue anulada y el avance paraguayo paralizado. Nunca mas a lo largo de la guerra se recurrió a la carga de caballería.
En las horas siguientes, los paraguayos dirigidos por el teniente coronel Carlos J. Fernandez atacaba en oleadas, avanzando por el limpio espartillar, recientemente quemado, pero la ferra defensa defensa del fortín por parte de los bolivianos raleo inmisericorde las filas del ejercito guaraní, matando hombre por hombre. A la noche, los sitiados recibieron una compañía de fusileros.
Al alba se reanudaron las cargas del Ejercito Atacante. La situación de los sitiados empeoraba a cada momento. Las dos únicas piezas de artillería volaron junto con sus a sus sirvientes. quedaron 2 pero con pocos proyectiles.
En los días siguientes, el cerco se fuer cerrando, para evitar el ingreso al fortín de otras fuerzas de apoyo. desde el Gobierno, los bolivianos solo recibían cursis mensajes como: "Ya vuestros corazones latirán bajo la condecoración que os otorga el Supremo Gobierno"
Desde el 22 de setiembre ya no se pudo llegar a la aguada. una ametralladora abatía a todo aquel que quisiera hacerlo. Además estaba envenenada por varios cadáveres de bolivianos y paraguayos que enloquecidos por la sed, llegaban por un poco de agua. Ademas de la balas paraguayas, la sed y el hambre se aliaron para anular a los defensores.
Para engañar al estomago se rasparon los huesos de los mulos faenados; los cueros desaparecieron. La diarrea y el escorbuto destrozaban a los soldados.
"La atmósfera se hace insoportable. La carroña humana sobre la haz de la tierra corrompe el aire. No hay modo de evitar las miríadas de moscas grandes como una nuez se multiplican en torno a los cadáveres insepultos y mosquitos aguijonean por doquier infectando los ojos.... ¿Esta sera la ultima estación de nuestro calvario? se pregunta el teniente Alberto Taborga.
La aviación boliviana trataba de aprovisionar a los sitiados, pero con resultados insignificantes, pues muchos de sus paquetes de víveres y municiones caían en filas paraguayas. En las noches, "soldados bolivianos se arrastraban hacia donde habían visto caer a sus enemigas en el combate del día y se aprovisionaban de su munición, caramañola de agua y sus víveres. Estos, muchas veces, estaban empapados en sangre, pero ello no era impedimento para que se los consumiera ávidamente". Un pozo de agua fue destruido por la aviación paraguaya, el otro estaba ubicado expuesto al fuego enemigo tal que solo era posible acercarse en horas de la noche, mientras que en el tajamar varios cadáveres se pudrían.
En esas condiciones continuo el sitio. El 28 de setiembre, los bolivianos llevaban horas sin víveres y las reservas de municiones estaban agotadas. Los sitiados apenas disponían de cinco cartuchos por hombre, o sea, diez minutos de fuego. Esa noche, Marzana convocó a sus oficiales, quienes le rodearon en el estrecho agujero que les servía de refugio. "Sus rostros mostraban la huella dejada por 19 días y 19 noches de constante tensión nerviosa y la escasez de alimento y agua". Luego de unos minutos de cabildeo, se decidió pedir a los paraguayos "una capitulación con honor o perder Boquerón en la punta de las bayonetas".
Los jefes bolivianos acordaron que al amanecer enviarían a dos parlamentarios para solicitar una entrevista con el comando paraguayo para negociar la entrega del fortín, a cambio de que se les permitiese retirarse con sus heridos hacia Yucra.
En tanto, las fuerzas paraguayas que asediaban al fortín Boquerón, heroicamente defendido por los combatientes bolivianos desde hacía casi tres semanas, se estaban preparando para un ataque general y definitivo. Boquerón tendría que caer a cualquier costo.
Desde Punta Brava, dos hombres salieron con bandera de parlamento, llevando el siguiente mensaje: "El comandante del fortín Boquerón al comandante de las fuerzas paraguayas en el mismo sector. Señor: el oficial portador de la presente nota, capitán Antonio Salinas, lleva la misión de entrevistarse con Ud. en representación mía. Dios guarde a Ud. Teniente coronel Marzana".
En filas paraguayas, según un testigo, "aun faltaba un cuarto de hora para la hora 'H', cuando se escuchó un breve tiroteo en el ala izquierda, seguido de un prolongado 'grito patriótico lo cual era indicio de algún acontecimiento favorable. Después, nuevamente un profundo silencio, interrumpido, de vez en cuando, por un extraño cuchicheo en nuestra fila, que no podíamos interpretar, hasta que el cabo Brígido Mongelós, del grupo de mando, exclamó de repente: '¡Bandera Blanca, bandera Blanca mi teniente!'.
"Automáticamente todas las miradas apuntaron hacia el sector señalado, en busca del signo de la rendición. La tarea fue fácil, pues para ese instante una cortina de ropas blancas de todos los tamaños se había extendido de punta a punta sobre la trinchera enemiga; camisas y pañuelos blancos atados en la punta de rusticas varillas ondulaban pausadamente detrás de los parapetos. Era la rendición incondicional que ofrecían los bravos defensores de Boquerón. Nuestra emoción fue tan grande que por algunos instantes nadie osó mover ni un dedo, como si un poder mágico paralizara nuestras energías y nuestras voluntades. Además ¿por qué no decirlo?- un poco de desconfianza o temor a lo que podría ser una trampa primaba en nuestro ánimo, hasta que un oficial, el más decidido, se animó a gritarles: '¡Salgan de sus trincheras, sin armas!"'.
En el fortín nadie dio cumplimiento a la orden. Algunos momentos después, el mismo oficial trepando el parapeto de su trinchera se dirigió hacia las filas enemigas, ordenando y urgiendo la salida con los brazos en alto de los combatientes bolivianos. "Uno tras otro, los escuálidos pero heroicos defensores del reducto fueron saliendo por la escalinata hacia un árbol designado como punto de reunión para los mismos.

EFECTOS DE LA BATALLA DE BOQUERÓN

Al enterarse de lo sucedido en Boquerón, el presidente Eusebio Ayala expresó: "Los oficiales y soldados bolivianos que se batieron en Boquerón y son nuestros prisioneros... se comportaron con tal bravura y coraje, que merecen todo nuestro respeto".
En el aspecto diplomático, mientras se desarrollaba la batalla de Boquerón, Bolivia aceptó las proposiciones de la Comisión de Neutrales de cesación de hostilidades y sugirió la neutralización de dos Kilómetros alrededor de Boquerón. Por su parte, el Gobierno paraguayo no acepto ninguna propuesta que no incluyera la devolución, por parte de Bolivia, de los tres fortines capturados: Boquerón, Toledo y Corrales, y la desmilitarización de todo el Chaco. Eran posiciones diametralmente opuestas y no hubo ningún acuerdo, pese a los esfuerzos de los neutrales. En Bolivia, la caída de Boquerón afectó, más que nada, al gobierno del doctor Salamanca, que recibía furibundos ataques de diversos sectores, en especial de la oposición, que exigía, entre otras cosas, su renuncia. Por otra parte, se había dado demasiada importancia ante la opinión publica a la defensa del fortín asediado, de cuya retención, afirmaban, dependía "casi la definición del conflicto".
La opinión pública empezó a pedir que se convocase al general Hans Kundt para encabezar el ejército, en la situación en que se hallaba el país: una guerra internacional.
"Ni el general Kundt ni nadie remediaran la falta de efectivos, la deficiencia de armamentos y en general las innumerables deficiencias orgánicas que caracterizan la actual situación", fue la respuesta de un alto jefe militar, el general Carlos Quintanilla, comandante del Ejército en campaña.
Una de las consecuencias de la derrota boliviana en Boquerón fue la sustitución, del general Filiberto Osorio por el general José L. Lanza, comandante hasta entonces de la III División de Infantería boliviana, en la jefatura interina del Estado Mayor General. Osorio pasó a comandar el II Cuerpo de Ejército boliviano. La comandancia de la III División paso a cargo del coronel Arturo Guillen y la de la IV División a cargo del general Oscar Mariaca Pando.
Pero Boquerón probó que el enemigo al que se temía podía ser vencido y "desde allí ya no se hablaría de defender al país a partir de las orillas del rio Paraguay. La unidad nacional saldrá consolidada". El Gobierno decretó el 29 de setiembre el "Día de La Victoria". Esta victoria le valió al conductor del Ejército paraguayo su ascenso al grado de coronel, así como de otros hocos oficiales. Por otra parte, se procedió a la formación de nuevas unidades, como el II Cuerpo de Ejército; la IV División de Infantería, incorporada al I Cuerpo de Ejército, y la I División de Caballería.

Reflexion Sobre Politica Nacional. Eligio Ayala

Para fabricar salchichas se requieren aptitudes especiales; para ser
legislador o ministro en el Paraguay el talento y los conocimientos son
superfluos. La preparación, el carácter, la honestidad a veces estorban.
Valen más ciertas contorciones y genuflexiones del cuerpo que veinte años de
estudios, que la decencia y la probidad.
Los que ocupan los puestos públicos creen saber todo, se creen aptos para
todo, pierden la conciencia de la propia ineptitud.
En el Paraguay para brillar con reputaciones falsas basta ser diputado,
senador o ministro. Luego, es lógico que la pasión dominante sea la de
adquirir esos puestos y conservarlos y que para eso en vez de estudiar, de
prepararse y dignificarse, se adule, se intrigue o se implore servilmente.
Por esta razón la mayor parte de los que ejercen los elevados cargos
políticos son los verdaderos arribistas petulantes. Todas las magistraturas
han sido profanadas por la inepcia más franca y por la nulidad más absoluta.
Así se ha llenado el Parlamento y los ministerios de aprendices, que se
instruyen en almanaques del año pasado y destrozan la actividad económica
nacional con sus caóticas y torpes ensayos legislativos.
Todo se hace al azar, por tanteo, por instinto como en un acceso de
sonambulismo, todo se reforma sin necesidad y nada se reforma de lo que es
preciso reformar.
En un mar flotante de pasiones y apetitos, sin principios directores, sin
sistemas, sin conocimientos, sin brújula, la intervención del Estado en la
esfera económica se ha convertido en un oportunismo de detalle, de
expediente, al día, que libra la economía nacional al capricho de los
intereses particulares pequeños del presente.
No se respeta el mérito, no se desprecia el vicio, nadie se indigna
sinceramente contra la injusticia, nadie es justo. Los culpables pierden la
conciencia de sus faltas, los hombres virtuosos, el pudor, y los partidos su
nobleza. Buenos y malos viven en cada partido en una camaradería hipócrita,
sin sinceridad, sin confianza recíproca, sin gratitud, sin generosidad. El
interés los divide y los une y reconcilia sucesivamente.
Los enemigos de ayer conspiran juntos, los amigos de hoy se venderán mañana.
En vez de partidos se forman círculos esporádicos y convulsivos de pequeños
ambiciosos.
Los partidos tradicionales en vez de ser útiles a la patria, utilizan la
patria; en vez de servir sanos intereses nacionales en el gobierno, hacen
que el gobierno les sirvan a ellos.

Eligio Ayala

Berna, Suiza, 1915

sábado, 17 de septiembre de 2011

Emiliano R. Fernandez al Panteon de los Heroes

 

Los restos del poeta popular, Emiliano R. Fernández, serán trasladados de su Guarambaré natal al Panteón de los Héroes, mediante la promulgación de la ley correspondiente por el Poder Ejecutivo.

 La ley lleva el número 4.420, y pasó previamente por ambas Cámaras del Congreso, donde se destacó el aporte del poeta y músico a favor de la cultura paraguaya.

Emiliano R fernandez es considerado uno de los más prolíficos exponentes de la poesía popular del Paraguay. Fue declarado “Gloria nacional” por la Asociación de Escritores Guaraníes en 1950

Biografía del Poeta 

Nació en Guarambaré, compañia Yvysunú, el 8 de agosto de 1.894. Fueron sus padres, el sargento de la Guerra Grande don Silvestre Fernández y doña Bernarda Rivarola. Siendo muy niño, se trasladó a Asunción, al barrio Bejarano-Recoleta con su madre que lo crió como a todo hijo natural de aquel entonces. En homenaje a doña Bernarda antepuso la inicial del apellido materno al del apellido paterno, perpetuando su nombre no como Emiliano Fernández Rivarola, sino como Emiliano R. Fernández.

Cursó la primaria en la Escuela de Ysaty y aprobó totalmente en el año 1.906. Con 12 años aprendió a ejecutar la guitarra, y su servicio militar lo cumplió en Concepción, en la Segunda Compañia, al mando del entonces Teniente Primero José Félix Estigarribia.

Se casó por civil con Belén Lugo, la morena ysateña, en plena guerra el 8 de agosto de 1.933 (día de su cumpleaños) y por religioso, el 24 de febrero del 34 en Caacupé. De éste matrimonio nació Emiliano Ramón, y extramatrimoniales son: Laureano, Ignacio, Rosario y Norberto Ramón.

Comenzó a escribir poesías en Concepción, en su época de soldado. Refería él mismo que un oficial alemán le enseñó la técnica de rimar las palabras. Para expresarse en el lenguaje corriente del pueblo, utilizó esa rara, bella y graciosa mezcla del guaraní con el español, y con ese jopará, llegó como nadie al alma de su pueblo. Supo así, vestir de autenticidad su poesía y encender la tea de la admiración, porque tan bien pintaba el paisaje cotidiano, como tan patrióticamente relataba las acciones guerreras en sus poesías épicas, o ponía todo el gracejo propio de la viveza criolla en sus versos de amor.

Fue reivindicador de la memoria del mariscal Francisco Solano López, mancillada por la sed de venganza de sus detractores. En la guerra del Chaco fue valiente protagonista, herido dos veces y ascendido en pleno campo de batalla, en Nanawa, por decreto No.46.692. Desmovilizado al término de la guerra con el grado de Teniente Segundo.

Sus obras sobrepasan el millar, y gran parte de ellas, están musicalizadas por talentosos músicos como Félix Pérez Cardozo, Mauricio Cardozo Ocampo, Andrés Cuenca Saldívar, Ramón Vargas Colmán, Martín Escalante y Carlos Quintana.

Cuando el alma del compatriota busca la chispa que motive el deleite espiritual, esa ansiedad se traduce en una frase muy común en nuestro pueblo: Ñahendu petei Emilianore!.

Herido por la espalda en un oscuro incidente en el Bar Mberú de Loma Clavel, el 3 de noviembre de 1.948. Falleció el 15 de setiembre de 1.949. Sus primeras poesías fueron: Primavera y Trigueñita, y las últimas: Mi Pluma (en castellano) y Arasy Memby Tee (23 de junio de 1.949), dedicada a la enfermera yaguarorina Facunda Velázquez.

ROJAS SILVA REKÁVO
La llama de la ira encendida (x)

Emiliano R. Fernández y el teniente Adolfo Rojas Silva eran amigos. El poeta y el joven militar, por el azar de la vida, se encontraron en el Chaco entre fines  de 1926 e inicios de 1927.

         ”El poeta trabajaba en el obraje del español Gregorio Leoz –padre de Nicolás Leoz, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol-, al servicio de la empresa Carlos Casado. Estaba en el kilómetro 61 de la vía ferrea que llegaba hasta Punta Riel, en el 160. Rojas Silva acampaba, entonces, en el kilómetro 50, al frente de una cuadrilla que realizaba la prolongación del hilo telegráfico. Ese trabajo era uno de los preparativos bélicos, ya que el Gobierno de Eligio Ayala tenía la certeza de que tarde o temprano los cañones iban tronar en los cañadones chaqueños. Como la distancia entre ambos amigos era nada más que de dos leguas –eso, en el Chaco, es a dos cuadras- se venían a menudo”, cuenta Eugenio Hermosa Selliti, rastraeador infatigable de las huellas de Emiliano en el norte del país.
             Las tertulias eran frecuentes. Emiliano iba hasta la carrería del kilómetro 50 o Rojas Silva se apersonaba en el rancho del 61. Todo era muy austero, mas nunca faltaban la guitarra, el canto, la buena carne de res y la caña. Una vez, en la pausa de las cuerdas de los músicos, Rojas Silva contó que su misión era desalojar a los bolivianos del territorio paraguayo. Emiliano se entusiasmó porque ése era su ferviente deseo. Alentó a su amigo, e incluso le adelantó que si la patria lo llamara, su sangre estaba dispuesta al sacrificio.
         Pasó algún tiempo y el teniente –con sus escasos soldados, a caballo todos- se adentró en el Chaco. ”Pernoctó en el kilómetro 104, un obraje a cargo de Peláez, otro español. Después, al parecer, se encontró con su jefe, que estaba también en la zona, y habrían tenido una desavenencia. De ahí Adolfo Rojas Silva volvió al asiento de su unidad, Concepción. Paró en el hotel de Casado antes y sacó pasaje para la motonave ”Concepción”, cuenta  Eugenio Hermosa Selliti, oriundo de Caapucú, administrador de la empresa Carlos Casado.
          De Concepción, Rojas Silva volvió al Chaco. A fines de febrero de 1927 él y sus soldados, en el Fortín Sorpresa, cayeron muertos por balas bolivianas. Este episodio, que enciende los ánimos –ya, desde luego, caldeados- de los paraguayos, fue  la primera mecha que estuvo a punto de iniciar la guerra. El Gobierno de Eligio Ayala, sin embargo, sabía que responder a esa agresión –en ese momento- era entregar el Chaco. El Paraguay, por entonces, estaba preparándose para la hora inevitable que llegaría en 1932.
         El episodio del Fortín Sorpresa inspira dos poesías a Emiliano. Las escribe en el kilómetro 61 de la vía férrea de Carlos Casado. Una es el compuesto Teniente Rojas Silva, en el resalta la juventud de Adolfo –veinte años mombotývai gueteri-, el enfrentamiento, el coraje de su amigo y compañeros, y la muerte como ingrato epílogo.
         Rojas Silva pe tape omoñepyrü/ ha jahamanteva´erã ñadefende, dicen los versos finales que inician la idea central de Rojas Silva rekávo, que escribe inmediatamente después. Allí la indignación del poeta cobra vuelo impetuoso e invita e incita a repetir la Ley  de Talión: no ojo por ojo sino sangre por sangre. Mauricio Cardozo Ocampo es el autor de la música.
 

ROJAS SILVA REKÁVO

 Jaku´éke Paraguái oguahëmako la hora
jahamívo jaheka Rojas Silva retekue
ñavengéme katuete umi cobarde ojapóva
anichéne opuka guaikuru ñande rehe
 
Taheja che ru che sy, taheja opa ahejáva
ko la patria reyhupápe tamano jepe cheve
kóicha oï ramo en peligro seriamente amenazada
aipota voi che renói aservi haguã ichupe
Na´iporãi esta amenaza sapukái en le frontera
umi cobarde asesino guaikurúpe heropy
jaipyso katu en el Chaco tricolor ñane bandera
ha iguýpe jaje´ói umi intruso ñamyendy

Jajapi Sorpresa lado Rojas Silva upépe oiméne
ñane hermano infortunado ojejukáva reiete
ivengávo ko jaháta ñanguãhëne ñaguãhëne
ha jarúne ave ko´ápe más que sea ikanguekue
Paraguái rehe ojapo umi indigno ojapóva
ohechava´erã avei icastigo umi ava
ñaguahëne aipo La Paz-pe tosoro la osoróva
jahapýne umi salvaje: Rojas Silva ñavenga
 Aretéma umi pombéro ñande apérehe oikóva
ñanda´o cada ko´ë ñane pichãi manterei
ha ko´ãga ombojo´a con el crimen ojapóva
ñane hermano oasesina ñande yvýpe katui
Ha pa péicharõ ñande ñane tindytante jaikóvo
ñaimo´ã jareko´ÿva suficiente korasõ
ma´erãpa mbokaita jaipota rei aipórõ
ñaimo´ã katu mitã cháke kukúpente jaiko

Tekotevëma ñañemoï jaikuaáva el patriotismo
ñambopyahu jevy haguã ku picada yma guare
ikatu ñaimemimi heredado el heroísmo
anichéme ñamotï ku Guaraní ñande ypykue

Ipochýne umi  tuja López-kue opyta reírõ
amoité Sorpresa ñúme tuguy oñehë va´ekue
iporãnte jaje´ói ha pya´e voi ikatúrõ
jajuhúne gueteri Rojas Silva ruguykue
Ore renói katu para este sacrificio
ore jyva na´ikangýi si la patria oikotevë
oimeháicha paraguayo rohura a su servicio
como nieto de los López romanóvo hendive.
Letra: Emiliano R. Fernández
Música: Mauricio Cardozo Ocampo

 

  

viernes, 16 de septiembre de 2011

Liberales victimas de Tortoleros

Una queja común de la mayoría es que los políticos no conocen el día a día de la gente común, viven felices en sus torres de marfil mientras el pueblo debe ingeniársela para llevar el pan a la casa, Es es el criterio popular y en la mayoría de los casos es cierto pero por esas cosas del destino el pasado Jueves 18, los mas altos jefes del liberalismos sintieron algo el amargo sabor de la inseguridad reinante en el país a lo que estamos tan acostumbrados. Mientras debatían acerca de quedarse o no dentro del gobierno, un grupo de tortoleros hicieron de las suyas llevándose a alrededor de 9 notebook pertenecientes a uno que otro dirigente. Obviamente las quejas no se hicieron esperar, lanzando cientos de reproches a la fuerza policial que a pesar de saber de que habría una gran concentración política brillaron por su ausencia. Que hipocresía pensaran quejarse de la inseguridad siendo ellos los que deberían encontrar las soluciones. Aunque el tema de inseguridad es mucho mas complejo la verdad es que hay mucha razón en la frase la mayoría de los actores políticos pasan mas tiempo en reuniones partidarias que en buscando soluciones a los diversos problemas que aquejan a la población en general, esta aberrante forma de hacer política es la que ha dominado los últimos 50 años en el país aunque y es un vicio no solo de los liberales sino prácticamente de todos los partidos políticos esperemos que este suceso le hagan entender que el bien del pueblo esta por encima de cualquier ideología o agrupación política.