Pedagogo e historiador. La ciudad de Villarrica, por su densidad espiritual, su paisaje, su lealtad a la tradición y por su civismo ha producido siempre bellas expresiones humanas. "Un refugio de espiritualidad, tiene horizontes amplios y ventanas románticas. Una reserva y un almácigo". Una de esas expresiones fue Ramón Indalecio Cardozo, el maestro de la niñez paraguaya. Hijo de Josefa Cardozo, nacido el 16 de mayo de 1877. Inició sus estudios primarios en la histórica escuela "La Patria", y los prosiguió en Asunción, donde obtuvo en 1896, el título de Bachiller y dos años después el de Maestro Normal.
Fue alumno del célebre pedagogo argentino don Francisco Tapia. En vez de seguir una profesión liberal o dedicarse a los negocios, regresó a su ciudad natal a consagrarse al magisterio. "Fue su vocación, su agonía y su gloria. Enseñaba con deleite, se sentía maestro congénito elaborado por la voluntad. Maestro significa doctrina, vocación, desinterés y discípulos; el que no tiene lo primero, no demuestra las dos cualidades ni forma discípulos, será un catedrático pero no un maestro. El maestro es un creador, no sólo un difusor; fecunda las almas; fertiliza los cerebros, anima los corazones. Guía en el sendero; amor de caridad en lo que enseña; tiene urgencia de comunicar su verdad, más pura cuanto más sencilla. El maestro es un mensajero de evangelio, un corazón en derrame y un amigo que sugiere, corrige, lima y pule. Un escultor de cosas inefables. Así era este Don Ramón Indalecio Cardozo".
Más de veinte años dedicó su labor docente a su Villarrica natal. Al año de su egreso como Maestro Normal fue designado Director de la Escuela Graduada, cargo que ocupó hasta 1914. Ese mismo año fue nombrado Director de la primera Escuela Normal Rural en el país, creada en aquella ciudad a instancias del mismo Cardozo. El planteamiento, los planes de estudio y organización de la citada institución estuvieron directamente a su cargo. Ella sirvió de modelo a otras creadas en el interior de la República. Al tiempo que ejercía la dirección de Escuela, enseñaba Contabilidad, Algebra, Geometría, Historia y Geografía en el Colegio Nacional villarriqueño, cátedras en las que se desempeñó durante quince años.
En 1919, la Escuela Rural fue elevada de categoría a la Normal Superior, siempre bajo su excelente dirección. Hecho que motivó la estimación de las autoridades gubernamentales, quienes le confirieron la Dirección General de Escuelas y luego la designación a la Presidencia del Consejo Nacional de Educación. No se buscó para ese eminente ministerio a un teórico, se observó el campo y de su seno al maestro que había convivido con nuestra gente, que conocía nuestras costumbres, que se había avecindado en el alma popular, que difundía el español entre niños descalzos y propagaba gérmenes de cultura, es decir uno que se había fortalecido y purificado en la substancia pura del paraguayismo.
Desde esa última función y con las herramientas necesarias, trabajó sin tregua, llevando a la práctica los principios de la pedagogía moderna. En ese tiempo representó al país en el Congreso del Niño realizado en la ciudad de Montevideo y en cuya ocasión presentó un trabajo denominado "LA EDUCACIÓN PANAMERICANA".
Consagró muchas horas de su prolífica existencia a la reflexión de los problemas educativos del país. Sostuvo que "..la educación persigue más que nada, la conquista de la libertad interior y plantea adaptar a los seres humanos a la vida en comunidad, concientizar al individuo en el trabajo y en la responsabilidad". Cardozo sabía que sólo el fruto espiritual fija la medida exacta de la verdadera cultura. En efecto su enseñanza se orientó "a formar al lado del Homo Sapiens el Homo Espiritualis".
Inspirado en las nuevas corrientes pedagógicas transmitidas por Froebel, Dewey, Decroly, Kilpatrich, James, Kerschenstein y Ferriere, se abocó a profundizar la nueva filosofía educativa planteada por aquellos notables maestros. En 1921, el último de los citados fundó en Ginebra la Liga Internacional de la Escuela Nueva y a esta institución perteneció espiritualmente el Paraguay, tanto que en breve tiempo, en 1924 Cardozo elaboró y difundió el plan de la Reforma de la Educación en todo el país. En esa coyuntura había señalado que "la educación nueva preconizada por la Pedagogía contemporánea deberá ser realizada por la escuela activa, que no es otra cosa que la institución social que enseña al niño de acuerdo con la leyes biológicas, psicológicas y sociológicas que rigen su desenvolvimiento...".
La orientación práctica de la enseñanza primaria y normal, cimentada por Cardozo estaba orientada hacia la formación de una clase de maestro con pleno conocimiento de la realidad socioeconómica del Paraguay. Para llevar a cabo su proyecto, se basó no sólo en las nuevas corrientes pedagógicas, sino fundamentalmente en el ambiente social y telúrico de la niñez y en las necesidades más perentorias del país.
Influenciado por el célebre pedagogo suizo Juan Enrique Pestalozzi, quien sostenía que la inteligencia sólo es posible mediante la percepción espontánea, creó Cardozo el Kinderganten, camino imprescindible hacia la nueva educación. Propagó asimismo a todas las instituciones educativas del Paraguay los noveles preceptos de la Escuela Nueva y que con gran éxito había ensayado anteriormente en las escuelas del Guairá.
Su intención era formar a los niños dentro de un ambiente donde reinara el culto a la verdad, a la rectitud y al trabajo. Afirmaba que para lograr eso, los maestros debían renovar su mentalidad. La escuela renovada requiere maestros con ideas nuevas. a quienes también atribuían gran parte de la responsabilidad en la educación, hablaba también sobre que el maestro autoritario, el maestro rutinario, el maestro q no cumple con su deber, no conoce el aspecto moral de su profesión. Partidario de la Escuela Activa, Cardozo, se refiere esencialmente a la parte práctica de la educación.
Invitado por el propio Cardozo, Adolfo Ferriere visitó el país en 1928, para observar de cerca la obra educativa realizada por el célebre maestro guaireño.
Elogió la labor del Maestro Ramón Indalecio Cardozo diciendo: “Es un hombre sabio y concienzudo; habla poco; pero lee mucho. Ve claro y su voluntad, hecha de paciencia, mueve montaña. Las montañas de la inercias, de prejuicios, de las bestialidades humanas”.
El profesor Férrière dijo: realmente encontré una escuela rural mejor adaptada a las necesidades rurales como no hallé en ninguna otra parte mejor, preponderancia de la jardinería sistemática, teórica y sobre todo práctica y de trabajos manuales; pequeñas industrias practicadas con las materias primas del país. Encontré la coeducación de los sexos francamente aceptada, con división del trabajo útil; enseñanza de menesteres de casa y de la puericultura a las jóvenes en todas las escuelas y elementos de preparación profesional reservada a los varones. Un maestro como Ramón I. Cardozo honra no solamente su nación sino también la humanidad.
Es de advertir que Cardozo se mostró ferviente partidario de la Escuela Activa, la que se refiere esencialmente a la educación práctica, mientras que la Escuela Nueva constituía un movimiento más amplio que abarcaba todos los aspectos de la misma.
Para Cardozo, la Escuela Activa es funcional y consideraba como esencial la autoactividad. Esta Escuela opta por la bella sala de la naturaleza donde los niños actúan libremente, sin coacciones ni sanciones.
A la par de su labor docente, el eminente pedagogo produjo la más amplia y trascendental bibliografía en materia educativa en el Paraguay.
Entre sus principales obras, a más de la citada figuran “PEDAGOGÍA DE LA ESCUELA NORMAL”; “PESTALOZZI Y LA EDUCACIÓN CONTEMPORÁNEA", "NUEVA ORIENTACIÓN DE LA ESCUELA COMÚN", "EL PARAGUAYO", textos de lectura para 1 °, 2° y 3° grados.
Incursionó asimismo en el campo histórico y se dedicó con entusiasmo a la investigación en esta disciplina. Dio a luz "EL GUAIRÁ", y "MELGAREJO", relativos a los orígenes y fundación de Villarrica. Escribió también “EL CALENDARIO NACIONAL". Dejó además los originales de la “HISTORIA GENERAL DEL PARAGUAY".
Fue miembro fundador del Instituto Paraguayo de Investigaciones Históricas y dedicó a este sus actividades postreras. Estuvo casado con doña Juana Sosa y los últimos años de su vida, delicado de salud, se retiró al hogar. Falleció en la ciudad de Buenos Aires en 1943, pero sus restos descansan en tierras paraguayas.
Ramón I. Cardozo, a quien imaginamos siempre camino a la escuela o a la oficina de la Dirección General de Escuelas, era poseedor de un espíritu moderno, progresista, alentador. Dio estructura a la educación primaria: formó maestros, creó doctrinas, escribió textos, hizo amar la escuela y dignificó el magisterio.
"Hay que desviar a la juventud de la vida de zángano para llevarla a la formación de su personalidad práctica, a fin de que pueda adaptarse a la vida cada vez más compleja de las colectividades y preparar al niño para la vida y no para la escuela."
Las bases para la reforma
“La educación nueva, preconizada por la Pedagogía contemporánea, deberá ser realizada por la escuela activa que no es otra cosa que la institución social que enseña al niño de acuerdo con las leyes biológicas, psicológicas y sociológicas que rigen su desenvolvimiento. La actividad es una de las características de la niñez, principio ya enunciado por los grandes precursores, como Pestalozzi, y explotado en la educación por Froebel y Montessori, y la vida social es su destino”.
“La escuela activa toma al niño como niño, no como adulto, y lo deposita en el medio social donde hay trabajo, libertad, orden, disciplina y moralidad, en contacto con sus semejantes, y le deja para que, de acuerdo con sus intereses propios, se descentre, exteriorice sus instintos, sus inclinaciones y predisposiciones, sus energías biológicas, para ejercitársele las fuerzas y predisposiciones útiles, a fin de que se acrecienten, y combatir las inútiles, las perjudiciales, creárseles hábitos, costumbres, pensamientos, sentimientos convenientes. Educa por medio de la actividad tomada en su acepción lata, física, moral, mental y espiritual".
“La escuela nueva pone al niño en contacto con la naturaleza valiéndose del cultivo de la tierra, de las flores, de las plantas, del cuidado de los animales, de la elaboración de objetos con las materias primas arrancadas del lugar. No se propone formar agricultores, jardineros, ni profesionales, sólo se vale de esas actividades para despertar el espíritu, aguzar el ingenio, desarrollar el amor a la naturaleza, el sentimiento de solidaridad, educar la mano”
“La enseñanza activa convierte a la escuela en una comunidad de trabajo donde cada niño es un miembro activo de la sociedad infantil”
“La enseñanza activa transforma a la escuela en una imagen del medio social, en una prolongación del hogar común, con sus preocupaciones y sus luchas en el ambiente telúrico”
“En la escuela activa se cree en el niño y se espera de sus esfuerzos”
Con la implantación de esta reforma en la enseñanza primaria, el Paraguay se ubicaba en este orden, entre los primeros del continente en llevar a la práctica la nueva educación fundada en las escuelas pedagógicas más adelantadas de la época.
Ramón Indalecio Cardozo es uno de los héroes civiles del Paraguay; a pesar del tiempo político difícil que le tocó vivir, supo sortear las dificultades.
Al igual que él, no debemos renunciar a nuestros principios, debemos perseverar por nuestros sueños e ideales para construir un Paraguay diferente, solidario y fraterno para todos y todas, a través de la educación.