Buscar este blog

sábado, 29 de enero de 2011

Heroes Olvidados: Tte. de Marina Jose Maria Fariña


El teniente primero de marina, José María Fariña, nacio en Caacupé en el año 1936 y "rodeado del respeto y veneracion de la ciudadania" falleció en su ciudad natal el 20 de enero de 1915. Es aquí en Caacupé, suelo cordillerano regado de frescos arroyos y manantiales, donde recibe sus primeras enseñanzas, y las completa en la capital de la república. A la edad de 18 años, sentó plaza en el segundo batallón de infantería, donde inició su fructífera y heroica vida militar en el año 1854.

He aqui un marino, de bravura sin paragón en la armada nacional.Cuando fue organizada nuestra marina de guerra, por su capacidad es elegido para tripular el buque de guerra Tacuary y más tarde el Ygurey, haciendo viajes periódicos a Montevideo.

A lado del capitán inglés, George F. Morice, asesor técnico de nuestra marina, el teniente Fariña acumuló experiencia marina, realizando 2 viajes a Europa. Poco antes del inicio de las hostilidades en 1864, se encuentra nuevamente embarcado a bordo del Tacuarí ya con el grado de sargento. Cuando se organiza la expedición naval de Matto Grosso, el jefe de la flotilla, capitán de fragata, Pedro Ignacio Meza, confía al sargento José María Fariña el mando de los lanchones Cerro León, Humaitá y Coímbra, tripulando personalmente el lanchón Humaitá. Su primera acción de guerra se produjo el 27 de diciembre de 1864, cuando efectuó el bombardeo del fuerte de Coímbra, ante los certeros tiros de las piezas de cañón de 68 pulgadas, el fuerte fue abandonado en la noche del 28 de diciembre por sus defensores. Despues de su primera accion en Coimbra, recibio otra mision de imapotancia, la de internarse en los rios "Mbotetei" y Aquidabán, hasta Villa Miranda, con el objeto de transportar a Corumbá el armento y municiones tomados por el General Resquin. Esta mision fue cumplida satisfactoriamente por nuestro heroe

Terminada la campana de Matto Grosso, fue trasladado a bordo de Ygurey al mando del capitán de fragata Remigio Cabral, participando de la invasión de la ciudad de corrientes en abril de 1865, posteriormente es mandado llamar por el mariscal López a Humaitá, donde recibe el mando de 6 lanchones, con la consigna de permanecer en Corrientes y observar el movimiento de las escuadras enemigas.

Tiempo después recibió órdenes de López para incorporarse a la flotilla del capitán Pedro Ignacio Meza para la batalla de Riachuelo; los lanchones fueron llevados a remolque por los buques de la flotilla, siendo el lanchón del Tte. Fariña remolcado por el cañonero Tacuary, buque insignia. Aunque el plan sorpresivo que se tenia que desarrollar fracaso, Fariña se batio en aquella batalla con valor suicida, salvandose a nado luego de causar con sus fragiles embarcaciones considerable daño a la escuadra enemiga.

Llegando a Humaita el Mcal. Lopez, quiso oir de sus propios labios el relato de lo acontecido en Riachuelo y emocionado por pasmosa bravura de este heroe prende en su pecho la condecoracion de la "Orden del Merito"

Muy pronto se le confio el mando de otros dos lanchones para que se estacionara en Ita Piru, frente a toda la flota brasileña desplegada desde Corrales hasta Tres Bocas.

Componian esta fuerza naval tres acorazados, trece cañeros, cinco avisos de guerra, y cinco transportes artilleros que sumaban ciento diez cañones modernos de retrocarga y de los mas grandes calibres conocidos. En pugna increible contra esa fuerza, el modesto marino paraguayo hijo ilustre de Caacupe, se cubria de gloria imperecedora

De su lucha desproporcionada se ocuparia la prensa mundial inclusive la Argentina y Brasileña, como de una hazaña inaudita, comenta Carlos Zubizarreta en su libro "Cien Vidas Paraguayas"

El 24 de marzo de 1866 se inicia uno de los episodios mas extraordinarios de la Guerra Grande. Como la escuadra brasileña no se ponia a tiro de las baterias de Ita Piru, se ideo un procedimiento para hostigarlas.

Desde aquella fecha y durante quince dias una chata que llevaba a bordo un cañon de grueso calibre, era remolcado por nadadores muy cerca de los acorazados imperiales, y desde esa distancia hacia certeros disparos. La comandaba el sargento Fariña. la tripulacion del pequeño barco no era sino de media docenas de artilleros.
La acometidas del pequeño artefacto que subitamente surgia en medio del rio como un punto que vomitaba fuego, produjeron panico en la poderosa escuadra.

Empieza a surgir la leyenda de la aparición de un espectro vengador, alto, de rubia cabellera con un sombrero de paja que aparecía de las profundidades del río con una chata armada de un solo canon y que disparaba con precisión matemática, haciendo estragos en los buques brasileños.

El comando de la escuadra imperial comenzo a inquietarse, suponiendo que el Paraguay disponia de una nueva y poderosa arma, capaz de enfrentar y derrotar a los mas poderosos acorazados y por tanto de hacer variar el curso de la guerra

La noticia de los combates transcendio a Europa donde suscito pasmo y curiosiada. "Monde Ilustre" de Paris publico un diseño fantaseado del invento paraguayo, con el siguiente comentario":
" A pesar de las graves preocupaciones del momento, todo el mundo en Francia y en el extranjero no habla, en estos momentos, sino de la nueva maquina de guerra que acaban de inventar los ingenieros del Paraguay, de esta maquina ingeniosa que bajo forma de un fotón flotante posee bastante poder para hacer frente a navíos de alto bordo, para combatir con ventaja a los buques acorazados. Es una escena sin analogía, hasta el presente, en los anales militares de ningún pueblo"

El 26 de marzo por la tarde, Fariña volvió asentando 3 cañonazos en la línea de flotación. Fueron destacados 3 acorazados para eliminar al impertinente lanchón, pero antes de ganar la costa, consiguió disparar al acorazado bahía en el mástil, en el casco y en castillo de proa.

El 27 de marzo, leyenda caacupeña, Tte. José María Fariña asienta en las páginas de la historia, una de las más brillantes hazañas jamás registradas, cuando se enfrenta a la poderosa escuadra imperial, y de un certero cañonazo, destroza la timonera de la torre del Tamandare, donde perdieron la vida el comandante Mariz de Barros y cerca de 50 oficiales y tripulantes, lo cual produce la retirada de dicha escuadra ante un endeble lanchón, armado de un sólo cañón y tripulado por 6 obstinados marinos paraguayos. Esa misma noche, el mariscal López condecoró a este intrépido marino con las estrellas de Caballero de la Orden al Mérito. El Tte. Fariña es conocido como el héroe de los lanchones.



Posteriormente destruida ya nuestra escuadra el Tte. Fariña se incorporo a la artilleria de tierra, donde nuevamente la escuadra imperial supo de la valentia y punteria de Fariña

Como artillero le cupo brillante actuacion en la batalla de Curupayty , Humaitá, Isla Po’i y en la batalla de Laguna Vera, donde consiguió filtrarse entre las líneas enemigas para poder llegar hasta Timbo, donde se encontraba el general Bernardino caballero, consiguió hacerlo, pero llegó gravemente herido, siendo conducido a Asunción para ser tratado.

Repuesto de sus heridas fue enviado a Angostura, al mando de Thompson donde se volvió a demostrar la valentía y puntería de Fariña, al punto de que el mariscal López llamándolo a Ita Ybate, lo premió con el despacho de Tte. de Marina.

Al capitular Angostura el 30 de diciembre de 1868 pasa a integrar la caravana de prisioneros llevados a Buenos Aires, comenta Benigno Riquelme García en su obra "El ejercito de la Epopeya"

El Tte. Fariña era un temible artillero y en este sentido fue precursor de la artilleria antiaérea, por la genia idea de sujetar un cañón al tronco de los árboles para abatir de esa improvisada cureña a los globos de observacion levantados de las lineas enemigas.

En sus últimos años de vida, gozó de fama y el respeto de sus contemporáneos y gracias a la extraordinaria obra de revisión histórica realizada por el historiador nacional, don Juan E. Oleary, quien tuvo la dicha de conocer personalmente al héroe máximo de la marina paraguaya.

La armada paraguaya, cumple con su deber de justicia al dar su nombre a la Escuela de Formación de Sub-oficiales, institución donde jóvenes grumetes egresan con un alto espíritu patriótico y adecuada solvencia profesional y moral, para navegar por los ríos que fueron testigos del valor inaudito de este intrépido marino